martes, 30 de diciembre de 2014

Archipiélago. Miguel Ángel García Padilla.

Archipiélago
Miguel Ángel García Padilla

Curador: Leonardo Ramírez

Del 15 de mayo  al 20 de julio de 2014

Galería Jesús Gallardo
Planta baja, planta alta y sala blanco y negro
Pedro Moreno 202,
esquina Hermanos Aldama
León, Guanajuato
México.

Horario de atención al público:
de Martes a Sábado de 10:00 a 20:00 hrs.
Domingo de 11:00 a 20:00 hrs. 























ARCHIPIÉLAGO

Después de varios años de investigación y producción, Miguel Ángel García Padilla (León, Guanajuato,1955) nos presenta en su más reciente exposición;  Archipiélago, una serie de construcciones simbólicas que nos hacen reflexionar en torno a la capacidad creadora, el perfeccionamiento de las ideas y la concreción de líneas de investigación que tienen como consecuencia una de las más importantes producciones plásticas de la última década en el bajío mexicano. Siguiendo de manera reiterada y obsesiva ciertas ideas, nociones y procesos creativos que  el artista ha podido perfeccionar.

Con varias ideas circulando constantemente en su trabajo, el artista asume desde la concepción del proyecto Archipiélago, una serie de planteamientos formales, que demandaron del artista extenuantes jornadas creativas y físicas,  desarrolladas a partir de ideas que abordan la naturaleza- una muy particular para el -, espacios interiores (nacidos de sus pesadillas e ilusiones nocturnas), geometría, y extensos paisajes mentales, así como las insistentes acometidas a los materiales que abordó una y otra vez, logrando que su trabajo desarrollara un mecanismo en constante ebullición, una especie de sintaxis personal que se ha perfeccionado y que ha crecido de manera exponencial.

En archipiélago, el artista genera núcleos temáticos de obra que se van uniendo por un rizoma invisible, solo captado a partir de una visualidad totalizadora que hace que comprendamos sutilmente la manera en la que se construyeron los cimientos de una y de otra obra, encontrando en cada pieza un extraño deja vú, que fortalece los cimientos de este Brave new world. Es por esta razón que bajo el título Archipiélago el artista plantea una serie de líneas discusivas en torno a la construcción de una suerte de fantástica terra nova,  construida desde sus microorganismos hasta la descripción detallada de ciertos  espacios que nos hacen adivinar una tierra lejana, llena de agua, cultivos de arroz, piedras doradas, musgos y flora nebulosas,  regiones exóticas y paisajes negrérrimos, desarrollando un extraordinario cuerpo de obra que abarca, dibujo, instalación, escultura, tapices, esculturas blandas y pintura, en una muestra que se exhibe desde una modesta gama cromática.

En archipiélago Miguel Ángel García Padilla se aventura a desarrollar líneas de trabajo hasta la obsesión a partir de sus siempre cercanos compañeros de viaje, sus cuadernos de apuntes; herramientas de las que se ha valido desde el inicio de su producción profesional como artista y diseñador para explicar (se) sus procesos artísticos en una fantástica progresión de sustratos. Sus reiteradas versiones de dibujos, esculturas o  instalaciones  así  lo demuestran.

Los invitamos a adentrarse a tientas  en un mundo oscuro, atemporal, que funda una realidad dentro de otra realidad, que descubre una civilización perdida ,  muerta y viva en partes iguales, en extraña efervescencia  y completamente entrañable.

Bienvenidos.

Leonardo Ramírez

Abril de 2014.










































Archipiélago,
de Miguel Ángel García Padilla

Piedras del río.  Una cruz de madera y carbón oscuro.  Tres piedras amarradas con hilos de oro.  La roca gris, metáfora  del paisaje subterráneo.  El corazón de piedra roja atravesado por dardos de carrizo.  La lluvia como una partitura de gotas doradas que destellan en la oscuridad de la anoche.  El archipiélago de sensaciones naturales que remiten a la mar de un desierto milenario.

 Miguel Angel García Padilla tiene el don del rey midas; todo la materia que toca se transforma  en poesía  de luz y sombra. La historia de su creación se  inicia hace algunas décadas con una experiencia vivencial. Siendo apenas un muchacho que  acostumbraba trabajar en el campo, en medio de parajes yermos,  habitados por nopales, comía de sus tunas; sus manos impregnadas del color rojizo de la carne de la tuna lavaba sobre las lajas del arroyo.  Por la noche, con el sonido metálico de los grillos  Miguel  se bañaba con el agua  de luna.  Desde entonces su sensibilidad quedó ligada a la  tierra. Por la mañana cuando el sol rompía con sus rayos anaranjados el horizonte azul de la aurora, lo primero que su pies tocaban era la piel de la tierra negra apisonada.

Miguel Ángel entabló una relación sensible con la naturaleza antes de aprender a nombrar los arbustos silvestres y los troncos de árboles petrificados.  Nogales, acacias,  sabinos y laureles le entregaron los secretos ocultos bajo su corteza. Yerbas de olor, la salvia,  el romero, la albahaca le ofrecían sus extractos con el movimiento del viento,   y flores de jazmín  salían a su paso para  obsequiarle sus colores.  Él recolectaba y convertía  sus dóciles tallos en macizos multicolores que contrastaban  con el negro profundo de la obsidiana, la verde y curativa malaquita y el alabastro traslúcido y la cantera rosa constituían las lenguas silenciosas del desierto que le transmitían su misterioso hablar.   El artista  aprendió de ellas las palabras y  escribió con ellas sus primeros versos dedicados a  la tierra.   Con la música del viento y el ritmo de las aguas compuso canciones que arrullaban el silencioso descenso del sol sobre el horizonte.   Las vivencias de Miguel Ángel García son el origen y destino de su extenso y múltiple cuerpo de obra.  Su trabajo encuentra en la escultura, la arquitectura, el interiorismo y el dibujo  los medios para expresar su profundo respeto y amor por la Naturaleza.


La poesía de los materiales.


La obra de este singular artista se mueve entre dos polos:  el caos,  que él llama el orden de Dios, y la libertad, en la que el reconoce las  posibilidades  de la creación.   La creatividad le ha dado la autonomía  necesaria para dar a los materiales naturales una expresividad propia, respetando su forma y textura, y dotándolos de acentos con metales  y hoja de oro, que envuelven las ricas y evocativas esculturas.

 Las obras de M.A. nos llevan de regreso a lo natural con la gentileza de una piedra que rueda en el  río  llevada por el agua.  En esta obra podría hablarse de una herencia bien asimilada del llamado Arte pobre (Arte povera) que descubre en la  sencillez de la naturaleza su razón de ser.  El objetivo estético de este arte es detener nuestra percepción para provocar una reflexión sobre la materia y la presencia de la materia viva en nuestro entorno.  Este es el motivo por el cual su trabajo profesional como interiorista le ha llevado a trasladar la belleza y sencillez, la sobriedad y  la presencia de la naturaleza,  a ricos ambientes arquitectónicos, jardines que evocan el prodigio natural combinando los elementos más comunes: el agua, la roca, la madera y la luz.  

En la exposición Archipiélagos se observa de manera extensa el camino de la creatividad del artista.  Parte de los paisajes oscuros, formados por cerros y montes que recortan el horizonte con sus afiladas aristas.  Continúan con las centellas doradas que anuncian la lluvia con sus truenos, deriva al perfecto secreto de las formas del huevo de avestruz, transformado en pétrea escultura, y nos lleva de regreso al paisaje que yace en el fondo de las fuentes naturales de agua, como lajas incrustadas en estructuras de hierro, formando pilares y prismas irregulares, que ascienden hasta formar una barra en la cual descansar la mirada.   La narración del diseño de la museografía ha sido clara y específica, rodeando cada conjunto de luz o sombra, de acuerdo a las necesidades expresivas marcadas por la obra.

El arte como forma de vida,  auspiciado por la invención del hombre y el trabajo de la naturaleza. La magia de los materiales que  encierran los secretos de millones de años de evolución. Son ideas que amparan la creatividad del artista que no hace más que subrayar con sus líneas y composiciones áureas  lo que la madre naturaleza le ha dado, o le ha permitido encontrar en su seno.  Entrar a las instalaciones y a los diseños de Miguel Ángel García es una ocasión para recuperar la diga majestuosidad de lo natural en todo su rudimento.  No es necesario dotar al material de forma, antes bien, hay que encontrar en su contingencia los elementos  artísticos que son descubiertos o develados por el artista.  Nuestro artista, ha seguido al pie de la letra la enseñanza de Miguel
Ángel Buonarotti: la forma artística surge por sí sola cuando el artista con su mano retira convenientemente fragmentos del material que encierran la forma.  El arte no es una suma, sino una substracción de formas.

Mirar esas rocas, piel de la  tierra,  es volver al camino de sombras guiados por  la luna que arroja luz de plata sobre la superficie del agua.  Los  pequeños pedazos de roca tallada,  las palabras le han dejado la experiencia grabada en el cascaron de un huevo de avestruz.  Una cinta de oro recorre el contorno infinito del huevo, regalo de Pascua que anuncia el paso de un ciclo a otro,   recordatorio  de nuestra fragilidad,  símbolo ciclo de la vida y nuestra única morada.

Un dibujo, un árbol: la arquitectura del deseo.

Los múltiples recorridos de Miguel Ángel García por los diferentes entornos ecológicos que lo han envuelto a lo largo de su vida,  lo llevan a plantearse la impostergable necesidad de hacer un llamado, en tono de canto y de elegía,  a   los seres humanos a reconocer la belleza  del mundo natural.   Cada elemento natural que incorpora a su producción le permite revelar los orígenes de la experiencia artística: el momento en que el hombre descubrió que tenía la conciencia y la habilidad para reconocer  elementos específicos en su entorno y transformarlos en amuletos, talismanes, signos de sabiduría y trascendencia.  El oficio del dibujante, las técnicas depuradas y  los soportes  estructurales empleados nos proporciona una oportunidad para meditar sobre esas fuerzas psíquicas que asociamos con los objetos orgánicos y que se convierten en morada de la memoria.

Los dibujos realizados sobre el cascarón de huevo de avestruz  tienen la impronta  tranquila del pensamiento zen: la apertura hacia el mundo dejando que la voluntad desaparezca a través de la contemplación.   Cada dibujo está formado por unas pocas  líneas geométricas que crean  inéditas constelaciones zodiacales sobre el espacio cóncavo del universo.   A través del esgrafiado que deja una línea blanca sobre el fondo negro,  el artista logra transportar al espectador a la noche del universo. Las oscuras formas ovoides nos devuelven la certeza de que existe un  orden superior que anima a todo lo que existe. 

Los planos negros, espejos oscuros que reflejan la noche, son cartografías  estelares amarradas, lagunas   obtusas de madera usadas  en la construcción de un universo que se antoja a momentos finito y abarcable. Cada laja envuelta  por fajas de oro es un pequeño fragmento del espacio sideral que  arrojó un  aerolito, piedra de imagen incandescente, durante una lluvia de estrellas,  que al chocar con la atmósfera se transforma en un penacho de luz dorada.   Lo imperecedero de estas formas basálticas  contrasta con la maleabilidad caprichosa y contingente del barro,  originario de Oaxaca y Zacatecas, en el que  el artista moldea  formas que son  el centro del torbellino, ese corazón que encierra la emoción y  la  energía del propio cuerpo.

Epilogo

 Algunos hombres  sabios esperan la llegada de una señal divina en los astros de la noche; los creadores lúdicos  encuentran su espíritu en la veta de la madera,  el ovillo de lana, o en la piel bronceada del barro crudo. Cualquier materia en manos de Miguel Ángel hará que las cosas vuelvan a la memoria y los recuerdos se mezclen  entre sí con el tiempo. Todo sucederá –afirma su obra- si le damos el tiempo a la obras para que lo invisible se haga tan verosímil como la espuma del mar.

El reflejo de la rama dorada,  de los helechos secos flotando en el río negro.   La luz  amarilla que se filtra entre las ramas del abedul, y la lluvia no deja de caer sobre el piso con su sonido dulce lleno ritmo son las pulsiones que animan las esculturas y pinturas de este artista.  Sus historias no son narrativas,  son homenajes a la fuerza de  las alas del colibrí detenido en el espacio  y a la resistencia de una telaraña que se agita con el viento mientras amarra dos estacas enterradas en la tierra.

La historia de la creación de Miguel Ángel no termina en esos paisajes negros de horizontes dorados, de la misma manera que la vida de la madera no acaba en la mesa del carpintero.   La poesía inerte de las piedras queda detenida en su silencio. Las aguas  y el fuego  volcánico están impresas en la superficie de la roca,  son memoria del magma en constante ebullición.   Y las gotas de lluvia quedan suspendidas sobre la superficie áurea, traspasadas por la luz.  El pájaro vuela encerrada en una constelación ovoide.

En cada forma  el sueño del artista y de sus experiencias están envueltas por la evocación de la sombra oscura del nogal,  la visión de nidos en los nudos de la madera,  y  el viento oscuro que levanta la superficie de las aguas del río para convertirlas en fino textil ondulado.   

 La obra de Miguel Ángel es una elegía de los archipiélagos de pequeñas islas de la memoria  que forman el continente de su obra.  Escuchemos las texturas, observemos los sonidos del rayo que desgarra la noche con su luz, aprendamos a ver el sonido de la tiniebla, toquemos los latidos de la tierra, porque de todo esto está  hecho el arte.

J.M. Springer











































































Coordinación de Artes Visuales CAVI

Leonardo Ramírez
Coordinador General y curador de la exposición

Irazú Páramo
Asistente curatorial y logística

Gisela Rojas Ponce
Administración y relaciones Públicas

Edmundo Castro y Leonardo Ramírez
Diseño y producción Museográfica

Armando Anaya y Carlos Martínez
Producción y montaje

María Esther Jaime
Registro y control de obra


Esta exposición se ha llevado a cabo gracias a la generosa colaboración de:
Mauricio Vázquez González
José Manuel Springer
Baudelio Lara
Andrés Govela
JuanJo Cabello
Cecilia Díaz
Karina Esparza
 Jorge Armando Ortega
Lupe , Luis  y Genaro.







Miguel Ángel García Padilla
(León, Guanajuato, 1955)

Licenciado en Diseño Industrial
ULSA, León, Guanajuato.

Licenciado en Diseño de interiores
Universidad de Guanajuato

Estudiante de intercambio en Diseño Industrial en la UNAM 
y diseño Ambiental en la Universidad Autónoma de Guadalajara.


El trabajo de Miguel Ángel García Padilla se desarrolla en varias disciplinas artísticas, desde 1970 ha realizado más de 320 proyectos de arquitectura, arquitectura de paisaje, land art e interiorismo, coleccionista de arte, anticuario y artista visual. Su obra se ve influida por todas estas disciplinas afines. García Padilla realiza proyectos partiendo de los estímulos que se generan de la utilización de espacios o materiales con los que se relaciona.
Colabora como articulista y crítico de diseño interior, jardinería y arquitectura en varias publicaciones periódicas y ha participado como jurado en varios premios de diseño estatal. Actualmente es consejero en varias Instituciones culturales en la ciudad de León, Guanajuato.

SELECCIÓN DE EXPOSICIONES:

2014 / Control de territorios no soy el enemigo /  Kunsthaus Santa Fe / GIFF / San Miguel de Allende Guanajuato, 
2013 / Mañana fue ayer, testimonios arqueológicos del futuro / Galería Jesús Gallardo / Festival Internacional de Arte Contemporáneo/ León, Guanajuato.
2013 / El ombligo de la casa /  Mi museo, Universidad De Lasalle Bajío/ León, Guanajuato.
2013 / Puntos suspensivos, patrones para entender lo que sigue / Centro de las Artes de Guanajuato, Salamanca Guanajuato y  galería Jesús Gallardo/ León, Guanajuato.
2012 / Todo lo que puedas comer por 9.99 /  galería Jesús Gallardo/ León, Guanajuato.
2012 / De aquí, de aquí de toda la vida /galería Jesús Gallardo/ León, Guanajuato/ León, Guanajuato.
2011 / Standby… Todo lo congelado se desvanece en el aire / Galería Eloísa Jiménez / León, Guanajuato.
2011 / Almacén Devocional / Galería casa de las Monas / León, Guanajuato.
2011 / Leche, muerte y monstruos marinos / La tenería / León, Guanajuato.
2011 / Ultrasweet, azúcar y cosas de niños / exposición colectiva galería Jesús Gallardo / León Guanajuato.
2010 / Tan simple como esto / exposición colectiva de arte contemporáneo / galería Jesús Gallardo, León Guanajuato.
2010 / Insignias mutadas / exposición individual de joyería contemporánea y esculturas móviles / galería Jesús Gallardo, León Guanajuato.
2009 / Generación espontánea / galería casa de las monas / León Guanajuato.
2009 / Exquisite doll kit / galería Jesús Gallardo / León Guanajuato.
2006 / Viento II / ensambles poemas y dibujos /Instituto  de Cultura de Durango.
2005/ Viento / ensambles poemas y dibujos /Casa de la Cultura de Guanajuato.
2002 / Doble interior visite la casa muestra / arte y muebles de diseño / Galería Arte 3 / León Guanajuato
1974 /Pintura reciente / UBAC, León Guanajuato.




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